Nuestras mejores expectativas se vieron cumplidas gracias a la asistencia de más de 500 personas, entre las que, como no, había muchos amigos y conocidos, además de todos los que formamos el equipo de la ONGD. Este éxito es atribuíble, por igual, a todos los que hicieron posible el concierto: los chicos y chicas de las tres agrupaciones del Conservatorio Profesional de Música de A Coruña, el Ayuntamiento de A Coruña, que nos cedió el Rosalía de Castro y colaboró en el proyecto; la Diputación de A Coruña, que ayudó en su promoción y, por supuesto, todos los que desde Equus Zebra pusimos nuestro esfuerzo para que la idea saliera adelante.
Boubakary y Helena ejercieron de anfitriones durante las dos horas que duró el evento, presentando a cada una de las agrupaciones musicales que actuaron. Los más pequeños del Conservatorio Profesional de Música de A Coruña fueron los primeros en subir al escenario, y, pese a ser la primera vez que lo hacían en público, interpretaron con verdadera soltura las siete piezas de su repertorio.
A la Orquesta de Grado Elemental le cogió el testigo la Orquesta Juvenil. Sus miembros originaron el aplauso entusiasta del público con sus tres piezas y múltiples movimientos de afamados compositores clásicos. Aunque fue la interpretación de tres bandas sonoras cinematográficas por parte de la numerosa Banda Juvenil la que cautivó a los asistentes.
Pero la noche no acabó de una forma tan seria y oficial. Samba, con su yambé y sus canciones en walof, nos hizo vibrar a todos. Los chicos del Conservatorio, sus padres desde las butacas, los usuarios de Equus y todos los que estábamos en el Teatro recordamos, al seguir con las palmas los sones que marcaba Samba, que estábamos allí para ayudar a África.